lunes, 9 de diciembre de 2013

Primer día



Viernes 17 de mayo de 2013

Decidí, para no tener que levantarme temprano, pasar el día en Tánger y para no tener que correr a la vuelta también hice lo mismo.

Sobre las nueve de la mañana salgo de Sevilla, pues el barco sale a la una. La carretera está muy tranquila. Me coge lluvia por el camino, nada que no pueda resolver la ropa de goretex, mi funda estanca de subacqua (más barata con creces que las de las marcas moteras) y los neumáticos que iba estrenando.

Sin problemas llego a Tarifa sobre las once, todavía lloviendo, y me dicen que no hay seguridad de que el barco vaya  a salir a la una (hora prevista), pero tranquilo, le digo al chaval de la ventanilla … “a la doce amaina el viento y salimos “, el chaval sonríe.

A las doce me hace señas con el pulgar, sonriendo, que sí que sale… Vamos¡  a mí me lo iba a decir, cuando como buen dominguero había consultado “windgurú” y decía que a las doce el viento amainaba con rachas inferiores a las que no dejaban salir el barco ¿sí o sí?…¡ No tenía yo ganas de salir ni “na”!

BlackHawk esperando que su dueño saque los billetes



En la cola del embarque

El embarque fue rapidísimo. No iba mucha gente en el barco salvo esa maldita excursión de japoneses, esa que… cuando estaba pasando el control de pasaporte ( con la hoja rellena) me hacía pensar que todo iba rápido y dedicaría el viaje a ver el estrecho , que no se veía por la niebla, vi como su guía le soltaba al funcionario todos los pasaportes del mundo y para cuando acabó el barco ya estaba en el puerto de Tánger ( desde aquí mis gracias a la pareja que conocí y que me guardaron las cosas en ese largo rato).

Bajarse del barco fue tan fácil como subirse, si no que se lo digan a esa plataforma de hierro liso y empapada a la que le pasé por encima… bueno y a mis gue… que todavía me duele la garganta del golpe.

Gracias a www.ukgser.com y a Fabián C. Barrios  (www.saliadarunavuelta.com y su libro) por sus consejos de cómo pasar las aduanas, ya que lo hice en unos sorprendentes diez minutos, sin pagar y sin intermediarios. Había previsto para la ocasión un fabuloso bocata de tortilla, postre y “pacientita”, pensando que si me tienen allí tirado al menos van a ver que me da igual y comeré tranquilo sentado en los adoquines, pero fue increíble. Se pueden llevar las hojas de importación temporal del vehículo ya rellenas por la página web de aduanas marroquí, pero no garantiza nada, en mi caso el policía no las quiso y me obligó a rellenar las de toda la vida, las verdes. Si hay interés lo publico aquí como un manual para dummies, ¡cómo pasar la frontera!.

Total que a las dos y media españolas o a las doce y media del país ya estaba en el hotel almorzando.

Aproveché esa tarde dando una vuelta por Tánger. Saqué dinero del cajero (sin comisiones) y compré pastelitos que vienen a ser como unas diez veces más baratos que en una tetería de por aquí. También aproveché para comprar agua que prometí que siempre llevaría encima.



Tumbará bien en curva?




2 comentarios:

  1. Buenoooooo lo poco que me va a durar estooooo jajajja. Tienes que hacer otra entrada con contraseña de lo que no cuentas, que será mucho.

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  2. Tengo que vivir la experiencia del barco!!! jajajajajaj

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